Telefónica fue atacada, como otras muchísimas empresas de medio mundo. Pero Telefónica lanzó aviso global de lo que estaba aconteciendo. Este aviso tenía un claro riesgo de reputación, pero al mismo tiempo tuvo efectos muy positivos para que el mundo tomara el máximo de precauciones posibles. Al mismo tiempo, nos pusimos en contacto con las autoridades nacionales y europeas para la detención de la amenaza y para activar los procesos de control a la expansión del ataque.
La transparencia, una máxima de Telefónica en la gestión de los datos de nuestros clientes, se ha puesto de manifiesto en momentos como el presente. Ahora recibimos felicitaciones de empresas, de clientes, del Gobierno y de organismos europeos como Europol (EC3). “España ha dado una respuesta muy profesional al ataque. Fue uno de los primeros países en comunicarse con mi equipo en el EC3”, afirmaba Steven Wilson, el jefe del Centro de Ciberdelincuencia Europeo. “Esta es absolutamente la forma correcta de actuar. La industria y las fuerzas de seguridad deben cooperar y tiene que haber esta transparencia. Cuanta más información tengamos de todas las partes posibles, más fácil será que podamos detener a los responsables del ataque. Así que hay que elogiar a Telefónica por su transparencia”.
Chema Alonso, nuestro Chief Data Officer, publicó un riguroso post en el que daba cuenta de lo que acontecía y de cómo actuábamos para atajar la situación, agradeciendo “a los cientos de profesionales del mundo de la seguridad que han contactado con nosotros para informarse, apoyarnos, ofrecer ayuda, cambiar conocimientos y hacer, en definitiva lo que es nuestro trabajo”. Posteriormente un nuevo post de Chema Alonso sigue ofreciendo datos al mundo para restaurar los problemas de encriptación generados por WannaCry, “Telefónica WannaCry File Restorer”.
Los trabajadores de Telefónica hemos estado al frente de la situación tanto interna como externamente, protegiendo nuestros equipos y los equipos de nuestros clientes. Es en estos momentos en los que uno siente el orgullo de pertenecer a una empresa cuyos trabajadores no han escatimado esfuerzos, -fines de semana, horarios extra laborales-, para arrimar el hombro y ayudar en la solución al ataque.
Gracias al excelente trabajo de Chema Alonso, así como a los cientos de voluntarios de Telefónica, hemos evitado que el virus afecte a nuestros sistemas o a nuestras redes. Únicamente, a nivel individual, una minoría de trabajadores de Telefónica ha tenido dificultades para acceder a algunos archivos de sus discos duros.
Hemos vivido un problema de proporciones globales y, hasta ahí, hasta los extremos del globo llega la velocidad, seriedad y capacidad de reacción de una Telefónica que aboga por ayudarnos a la transformación digital, buscando soluciones colaborativas frente a los problemas. Después de la tempestad llegó la calma, una calma que nos ayuda a ser más fuertes, resistentes y resilientes ante un futuro con riesgos. Con el apoyo de empresas como la nuestra, nos sabemos más seguros, menos vulnerables, porque aún y atacados, activamente colaboraremos en revertir la situación creada.
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