IESE de Barcelona me pidió unas reflexiones sobre mi experiencia cuando estudié el MBA, sobre qué fue lo que me llevó a hacerlo con ellos y cuáles mis aprendizajes. Y repasando ideas, pensé que acaso sería ilustrativo encontrar analogías dentro del mundo deporte. Pero primero de todo, quiero dejar claro mi compromiso con este centro de estudios.
Soy un defensor a ultranza del IESE y formo parte de la Comisión de antiguos alumnos. He contratado a bastantes MBA,s de IESE a lo largo de mi carrera profesional, y he recomendado el IESE a cuantos amigos se plantean dónde matricular a sus hijos para hacer un MBA. He propuesto el IESE para dar sesiones de formación en la Universidad Corporativa Interna de Telefónica y, para mostrar mi total convicción sobre lo que pienso de IESE, decir que mi hija María ha terminado el MBA full time hace 2 años. Así que, comparto completamente que siempre aparezca entre los cinco primeros en el ranking mundial de MBA,s.
Volviendo al símil deportivo, pienso que podemos comparar qué aporta la realización del Master de IESE, con dos años intensivos de clases de golf, -sin salir al campo-, y con profesores de golf campeones del mundo. Porque además, IESE es un método de enseñanza que tiene algo de lo que carecen otros MBA,s, como es un “driving range”. Un lugar donde practicar tiros a distintas distancias; Un espacio para practicar el Putt y el juego corto; Y hasta una zona de arena para entrenar las salidas de bunker. Y como he dicho antes, excelentes profesores, números uno, verdaderos campeones de golf que corrigen y mejoran tu nivel de manera constante.
De alguna manera, uno llega al IESE con hándicap 28. Ya ha trabajado y, por tanto, maneja algo el juego, pero a su vez, ha adquirido vicios. Tras los dos años intensivos, podríamos garantizar que todos sus alumnos salen con un hándicap de entre el 10 y el 15. Aunque, obviamente, para estar en las posiciones líderes de las compañías, para pasar los cortes y jugar en los grandes, en el Masters de Augusta o en el Open USA, hacen falta hándicaps 0.
Está claro que lo más cercano a jugar en un campo de verdad es la metodología del IESE. Pero no me cabe duda que la empresa, la vida real, los distintos campos donde jugar un campeonato, presentan problemas nuevos que difícilmente podemos emular en prácticas. Los campos de golf tienen “doglegs”, trampas de agua (que afectan psicológicamente a muchos jugadores). Los campos de juego reales tienen distintas alturas de “rough” y distintos tipos de cesped, además de cortes desiguales de la hierba, pendientes, caídas en los “greens”, etc. Por no hablar de la climatología, que puede hacer cambiar el performance, ya no en cada campo, sino en cada hoyo, e incluso a cada golpe.
En la vida, en la empresa nos sucede lo mismo. Te enfrentas con problemas nuevos constantemente, con tener que liderar personas, con colegas y con jefes cuya interlocución hay que manejar en cada momento, cada uno con su propia diversidad. Te enfrentas a variables macroeconómicas cambiantes, a situaciones de mercado y de competencia distintas, y que difícilmente pueden ser vividas en la teoría o en un campo de prácticas de un MBA. A modo de síntesis, considero que IESE está dentro de los 5 primeros del mundo en el arte de acercar la realidad de un campo de golf a un campo de prácticas.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.