La digitalización de la vida, la vida digital socializa, es como si viviéramos en voz alta.
Cuando apareció la telefónia móvil, en países con climatología adversa, se incrementaron las interrelaciones personales dada la facilidad de quedar o des quedar. Los móviles contribuyeron a la socialización. Hoy estamos inmersos en un nuevo paradigma que afecta también a los profesionales. La intimidad desde la que gestionamos las redes sociales nos facilita a dar nuestra opinión, a exponer nuestras ideas.
Comprometernos con la tecnología es una forma nueva de concebir nuestra realidad, de implicarnos en flujos de comunicación y diálogo de los que antes no participábamos. Las redes sociales, whatsapp, nos erigen a todos en protagonistas. Aportamos y recibimos por múltiples fuentes, todo el tiempo y desde cualquier entorno. Las ideas crecen o se diluyen nutridas de argumentos que afloran para confirmar, ampliar o desestimar.
Esta situación nos aboca a un mundo de interconexiones continuas, un ecosistema que crece exponencialmente por las sumas y donde la empresa se nutre al utilizar estas herramientas, estos nuevos puntos de interconexión a sabiendas de que en el escuchar está la base del éxito.
Cuando un directivo ha de tomar una decisión, además de a su comité de dirección, puede captar cientos de comentarios al respecto a través de una red social corporativa. Invitamos a opinar y escuchamos. Las decisiones pueden recoger aportaciones que consigan mejores términos y condiciones para la compañía.
Las redes sociales corporativas permiten, por tanto, afinar respuestas ante problemas de servicio, compartir casos de éxito que a la postre ayudan a captar clientes. En definitiva, potenciar nuevas actitudes en la organización amparadas en una mayor proactividad, compromiso, e innovación en torno a discusiones de estrategia con las que fijar el rumbo de la compañía. En paralelo, a través de las conversaciones publicadas en nuestras redes sociales, podemos realizar un seguimiento del nivel de comprensión y compromiso de esas estrategias.
Cuando los empleados utilizan las redes sociales corporativas para participar de una discusión, están, al mismo tiempo, interiorizando y adoptando las estrategias, y potenciamos el compromiso real. Las conversaciones digitales son cada vez más significativas, y esto conforma parte de esa nueva cultura digital, nos hace más ágiles y por ende, más competitivos. Unos y otros compartimos, la empresa sus estrategias, los empleados sus opiniones al respecto.
Trabajamos y vivimos en voz alta.
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